Desesperados están los residentes de la comunidad de de El Marañón, en Soná, provincia de Veraguas, con la devastación de más de 300 hectáreas de bosques. Dichos bosques son esenciales para la vida silvestre del área y son atravesados por ríos y quebradas importantes.
Daniel Martínez , morador del área, afirmó que ellos creen en el desarrollo, pero sin dañar el ecosistema del lugar.
Según los lugareños, las quebradas y ríos se han secado producto de la devastación de árboles, muchos de ellos nativos de la mencionada región.
Este terreno era anteriormente parte de los asentamientos campesinos, pero pasaron a manos privadas para sembrar árboles de caucho.
Martínez calculó que más de 300 hectáreas se han devastado por quemas y equipo pesado.
Verónica Vernaza, asesora del Ministerio del Ambiente en esa provincia, señaló que están en la espera de los informes de los técnicos para ver el tipo de sanción que les será aplicada a los infractores de acuerdo a las normas ambientales. Una de ellas pudiera ser la suspensión de los trabajos.
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